La radiación solar es la fuente predominante de energía para la mayoría de los ecosistemas, pero no es la única. En ciertos entornos con baja o nula luz solar, como las fuentes hidrotermales en lo profundo del mar, algunos organismos dependen de la quimiosíntesis en lugar de la fotosíntesis para obtener su energía. Obtienen energía oxidando moléculas inorgánicas como el amoníaco (NH₄⁺), el hierro (Fe²⁺) u otros elementos reducidos. Así, forman la base de un ecosistema que no está impulsado por energía solar. Estos procesos son cuantitativamente menores en comparación con las vastas cantidades de energía convertidas por organismos fotosintéticos a nivel global.